El día que me gané a mi mismo

El día que me gané a mi mismo
Y direis que no es bonita

viernes, 19 de marzo de 2010


Un impulso incontrolable

-La conocí como hace un par de años, en Andorra, y desde aquel momento, desde aquel mismo momento, me enamoré de ella, se llama Meri.
-Se que la tengo cerca, pero mi yo sensato se resiste, la cabeza me dice una cosa, y el corazón otro, si fuera por mí, me vería con ella todos los días, pero se que no puede ser, dicen que incluso el abuso, puede ser perjudicial para la salud, reconozco que el alguna ocasión para estar con ella, algo más del rato previsto, he tenido que tomar cosas, ya sabéis…pero es que cuando estas encima de ella, el tiempo pasa volando.
Hacía meses que no la veía, pero si soñaba en el día, he estado durante este tiempo, intentando desengancharme de ella, pero, todo ha sido en vano, incluso, durante todo este tiempo he estado con otra, y la verdad he disfrutado mucho, pero no ha sido lo mismo, cuando estaba con la otra, en muchas ocasiones, por no decir en todas, estaba pensando en ella, en el fondo lo que he estado haciendo es prepararme para ella, necesitaba estar seguro de que la quería, se que pensaréis que soy un desalmado sin sentimientos, pero espero que no me juzguéis, de verdad que en el fondo todo lo hice por ella. Ayer ya no pude resistir más, después de meses, la vi, un poco desaliñada y sin arreglar, nada que no pudiera arreglarse con una buena ducha, se que esta mal, pero la subí a casa, ya se, ya se, está muy mal, pero quizás a esas horas de la tarde-noche, no teníamos donde ir, la metí en mi ducha, la acaricié, la froté, la enjaboné, y como no, la aclaré, eso sí, con agua muy, muy calentita, me recreé, por que no decirlo, los cristales del baño se empañaron, imaginaros la temperatura, la sequé con mimo, como no podía ser de otra manera, estaba preciosa, más que nunca, esa piel tan blanca, casi no recordaba la última vez que estuvimos juntos, no se si iba a poder aguantar más, pero tenía que hacerlo, juro que no la toqué durante la noche, espero que me creáis cuando os diga que no dormí con ella, pero si soñé la hora de tomarla y disfrutarla, la espera haría mágico el momento. Con celo preparé todo lo necesario, para que el reencuentro fuera como lo merecía, especial, muy especial, ropa adecuada, algo de beber por si acaso, ya me entendéis, y por supuesto, lubricante, nada podía fallar.
Llegó la hora, salimos del portal, y apenas nos vio nadie, claro a esas horas, es normal, hacía frío, no lo puedo evitar, cuando voy con ella, no tengo por más, que pavonearme, se que me miran, eso se nota, y no es por mí, también es cierto, que yo miro a otras parejas, a ellas claro está, vaya andando o conduciendo, las miro, es que no lo puedo evitar, ya es como una enfermedad, pero yo tengo la mía, y la mía es especial.
No aguantaba más, en cuanto la cogí, no sabía ni donde ponerle las manos, en el frente, en el lateral, eran tantas las ansias de tomarla, cabalgamos juntos, sintiendo como uno está dentro del otro, la presión que ejercía sobre mis pies, hacía que la tomara aún con más fuerza, una y otra vez, movía mis caderas, por momentos, perdía hasta las fuerzas, una especie de quemazón recorría mis piernas de arriba abajo, acompañando con mis jadeos, es difícil a veces acompañar la respiración, pero en muchas ocasiones lo consigo y os aseguro que el placer es máximo, soy meticuloso, hasta rozar la manía, e incluso para estas ocasiones me gusta llevar el pulsómetro, para no perder detalle, se han dado casos muy raros. Fueron sesenta minutos, sesenta minutos de sensaciones, sensaciones que una vez más despertaron en mí las ganas de superación, cuando puse pie en tierra, apenas podía aguantar de pie, una notoria falta de fuerza y dolor característico, pero en el fondo ha valido la pena, ahora no voy a dejar pasar tanto tiempo entre nuestras citas, se puede decir, que a partir de ahora esto se va a convertir en una tónica habitual, dicen que de algo hay que morirse, pues mejor morir a gusto.

Como se que algunos, o muchos de vosotros no vais a compartir conmigo esta forma de vida, aquí os adjunto una foto de Meri, para que por lo menos su belleza, os haga entender mi pérdida de cabeza.










Para los que entendéis y los que no, es una MERIDA TFS 900 Mod 2008, es aluminio ligero, y grupo XT, del precio mejor no hablamos, que aquí, es cuando la gente dice…por ese precio me compro una moto y no hay que dar pedales, jajajaja me parto y me troncho, sin ofensas, diré, que muchos de los que gastan este tipo de bromas, están bajos de autoestima, y altos de sobrepeso. Espero que os haya gustado mi relato.
Por cierto, lo que he tomado en alguna ocasión para estar un rato más con ella, nunca ha pasado de una ampollita de glucosa, alguna sal mineral, o porque no decirlo alguna que otra aspirinita, las pastillitas azules son para otra cosa, el lubricante como podréis imaginar era para cadena y componentes de cambio, cuando me refiero a la presión que ejercía sobre mis pies creo que está claro, es lo que hace que yo esté dentro de ella, mis pedales automáticos, digo que fueron 60 minutos, a alguien le parecerán poco, pero es que los 60 minutos anteriores, estuve con mi otra obsesión la Horizon Ti31 Fitness, es decir mi cinta de correr, por ello, por mezclar, es por lo que luego no te sujetan las piernas, y luego dicen que no tenéis imaginación, joerrrrrrrr , enfermos, que sois unos enfermos.

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